La mayoría de los visitantes que llegan a Stuttgart quieren visitar el Museo Porsche o el Museo Mercedes-Benz, ya que se consideran las tarjetas de visita de las empresas automovilísticas locales. Pero sólo unos pocos visitantes tienen la oportunidad de visitar la Casa Porsche en el Killesberg o el Monumento a Daimler en Bad Cannstatt. En combinación con una degustación de agua mineral de Cannstatt en las inmediaciones, detrás de la Kurhaus (no sabe bien, pero te pone de buen humor), una visita al Café Restaurante Kursaal redondea esta excursión. Kursaal Bad Cannstatt Para los visitantes de la región, o los especialistas en Stuttgart, los visitantes que creen conocer la ciudad especialmente bien, seguro que tengo algo guardado, o has oído hablar alguna vez de la llamada «Pönitentiarhaus», en el oeste de Stuttgart, uno de los primeros edificios del oeste, construido en 1846 según los planos del arquitecto Theodor Wilhelm Landauer, que viajó a Londres, Turín y Ginebra para recoger ideas para la nueva «cárcel» de Stuttgart. La «Kanonenhäusle» de la Gänsheide, que se construyó porque las campanas de la iglesia, que normalmente se tocaban para alertar a los «bomberos», no pudieron oírse durante un gran incendio en Esslingen a principios del siglo XVIII debido a una tormenta. Para evitar que esto les ocurriera a los habitantes de Stuttgart, construyeron esta casita sobre la ciudad para que, en caso de incendio, se pudieran disparar los cañones instalados aquí en una terraza, ya que se oirían a pesar de la tormenta. Tengo otras sugerencias preparadas que no mencionaré ahora, pero si conoces tres de ellas, iremos a tomar un expreso a mi costa.